Dicen de mí que yo no soy extranjera.

Dicen de mí que yo no soy extranjera.

Dicen de mí que yo no soy extranjera,

Que soy de agua y de frío, de bosque y de río.

Dicen que yo no corro en los interminables pasillos,

Que yo como, bebo, gozo, canto y que yo me  río.

Dicen de mí que digo y dicen,

Que yo no tengo nada que decir.

Que no dicen.

Sin drama no puedo ser extranjera,

Seré sólo viajera.

Olfato de de rutas lejanas, de pasos de brisa helada,

Con  pasaporte de huella humana, de saliva de hombre de entonces

Y de siempre.

De ir y venir muchas veces, cuando yo quiera.

Cuando a mí me dé la gana.

De mil anocheceres sin ellos,  buscando…

¿A caso ellos los vieron?

Dicen de mí que no estoy lejos, que todo es tan aproximado como el beso.

Que no muero.

Que soy  capitán de vientos dominantes,

Timón que yo acaricio, sedienta de estrella.

En un mar amigo que me mece, susurrándome una lengua vecina.

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